En su web explican que el clima en Egipto es óptimo para el crecimiento del algodón, ya que permite que las fibras crezcan particularmente largas: «Con ellas aumenta la durabilidad del producto. Se hilan en hilos finos que luego se tejen en telas de alta calidad. Una regla general para el algodón es: cuanto mayor sea el número de hilos, más suave y duradero será el material».