Si para muchos, antes de la pandemia, suponía el momento de desconexión de una apretada jornada, durante los meses duros de la epidemia sanitaria fue más que una válvula de escape, un salvavidas. Duró la broma lo que tardaron en llamar por teléfono. Sin embargo, en sus inicios fue el rojo y el negro los que impregnaban la camiseta, aunque se tardó poco tiempo en adoptar los colores actuales en representación de la bandera gallega.