Uno de los primeros personajes públicos en tener la osadía de ponerse una camiseta de fútbol en un contexto civil fue Platini, en un palco, durante la final del Mundial del 98. ¡ Los críticos apuntan, y no les falta razón, que si da vergüenza llevar camisetas o gorras de propaganda es incongruente que aceptemos vestir una zamarra elástica llena de publicidad de casas de apuestas o de páginas web chinas.