Pintado le contó a 970 Noticias que en 2009, su hermana le avisó que en una página web se vendían camisetas, y como él tenía, “decidió probar”. Instantáneamente que publicó, vendió. Tiene cerca de 3.000 camisetas y expone que la razón que lo llevó a comenzar en esta práctica, fue cuando “se dio cuenta que había un negocio y podía vivir de eso”. Pero la historicidad y la identidad que se le construye socialmente a ese símbolo material desde un colectivo, por ejemplo, hinchas de Peñarol o Nacional, hace que tenga un valor emocional o afectivo mucho más alto que para quien esté por fuera”, profundizó Grasso.