Materiales sostenibles, jóvenes diseñadores con mucho talento, producción local, marcas irreverentes y diseños que rompen con todo. Son ‘e-commerce’, comercios que viven fundamentalmente vendiendo por Internet. Son económicas, hechas de 100% algodón y se ajustan correctamente a cada cuerpo. Jaime Castillo habla en voz alta e impetuosa, como una manera de aliviar la energía vital que amenaza con desbordar su cuerpo. El importante crecimiento de Colovrs provoca que hayan nacido marcas que le han copiado la filosofía de la empresa, los pasos de compra o los precios «de una manera descarada». Además, es un país privilegiado porque cuenta con muchas marcas nacionales e internacionales con una gran variedad de estilos y precios que nos permiten tener siempre a la moda a nuestros peques. Españoles jóvenes -o son estudiantes o acaban de dejar de serlo- que venden moda apoyándose en una herramienta poderosa: las redes sociales. No están todos los que son (basta darse una vuelta por Instagram), pero sí son todos los que están.
Suman 82.000 seguidores en Instagram y 45.000 en Facebook, y es aquí donde reside su músculo. Con diseños exclusivos y una calidad única tanto en ropa como en calzado y complementos, Nicoli trabaja para enamorar a sus seguidores con las dos colecciones que lanza cada año. He tenido tanto éxito entre las nuevas generaciones, que hoy se encuentra en 34 países y produce el 80% de sus productos fuera de España. Estos se reflejan en sus colecciones inspiradas en la familia y que están disponibles tanto para niños y niñas como para bebés. Comenzó como una exitosa marca de juegos para niños pero en 1986 se embarcó en una gran aventura y comenzó a diseñar ropa infantil. Anteriormente fabricaban para marcas de terceros como Nike o Kickers, sin embargo ahora también venden y fabrican de su propia marca. Alumbra nació en el año 2018 como un proyecto apasionado de Marieta Torres Andrada que, tras un decenio como jefa de moda en Vogue España, usó todo lo que aprendió para sacar bolsos artesanales, tradicionales y libres.
Es una marca muy accesible, y aunque se dieron a conocer por sus cautivadores bolsos y accesorios, actualmente cuentan con un catálogo de ropa que apela a todo el mundo. Castillo, que desvela su aspiración final: «Mi concepto es ‘aporta al mundo’. Es una obligación que todos aportemos algo a la humanidad a través de cualquier campo -deporte, ecología, desarrollo-, y mi marca es una excusa para mejorar el mundo». Iba a ser tras el entrenamiento y sustituía a las habituales ruedas de prensa, ya que los jugadores adidas hablarían en el acto que se iba a desarrollar en el campo de juego principal de La Ciudad del Fútbol. Un rato después, con cara ilusionada se sentaban en la grada Pablo y Adrián, jugadores del Rugby Rioja; habían venido con otra veintena de personas desde Logroño. Neck & Neck es una marca española presente en varios países del mundo y y reconocida por sus más de quince años de experiencia.
Una derrota le dejaría a merced de Rumanía, que si gana a Países Bajos con bonus, algo muy posible, dejaría a los ‘leones’ sin la repesca, que sería para Portugal. Se originó por los hermanos María, Sole y Marc en la ciudad de Barcelona, y desde entonces han captado la atención de no solo España, sino también otros países alrededor del mundo. Aunque fue fundada en la ciudad de Caracas, Venezuela, se le reconoce como una marca española debido a su acuerdo con la compañía Puig de moda y perfumería, para crear una segunda línea. Con la competencia se lleva «genial», asegura, e incluso ha pasado contactos y ha orientado a otros jóvenes que comienzan en el mundo textil, como los chicos de Blue Banana, otra de las marcas que aparece en este reportaje. Ambos en segundo año de ADE (Cunef y Carlos III, respectivamente), viajando en Interraíl el pasado verano maduraron la idea de entrar en el «saturadísimo» mercado textil. Hoy, su empresa encara el verano con una producción de más de 6.000 prendas entre sudaderas y camisetas, divididas en varias tandas para ir renovando siempre el producto. Happiness: el alcalde del pueblo dijo que no sabía nada de la fiesta y la empresa de los autobuses los calificó de «niñatos».